Si un día tengo que acabar sin cabeza, caminando en la cuerda floja, hablando de cefalópodos que aspiran a geométricos, espero que la cuerda la sostenga yo y sea en una historia contada por mí. La debo contar desnuda, viendo una migraña mía desde fuera. Una migraña tan abstracta que sea suficiente para ser unidad de vida, o al menos unidad de pensamiento de un pirata. El pirata debo ser yo y tener todo el estilo que siempre pienso que tengo cuando estoy borracha. Un pez debe tragarme mientras tanto y dentro de él debe haber otro que me deje cabalgarlo a cambio de ser poquito consciente. Yo, en el centro del dibujo, debo saberlo y analizarlo hasta olvidarlo y cortarme la cabeza para verme desde afuera y convertirme en un trazo tembloroso.
(Click en el dibujo para verlo muy grande)
Samuraiceci
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