Ayer encontré un grillo que le faltaba una de las patas grandes. Lo atrapé para verlo un ratito.
Él me vio a mí también.
También metí al frasco una cochinilla, por si alguno de los dos quería comerse al otro.
Al principio no querían conocerse.
Se acercaron, pero nunca se cayeron muy bien.
La cochinilla la pasó de cabeza y el grillo desconfiado.
Nadie se comió a nadie y los liberé.
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1 comentario:
La primer animación, donde sólo hay un desenfoque está genial.
Es de alguna manera una presentación a una nueva dimensión. No entra de golpe asumiendo que ya es algo cotidiano.
Las otras funcionan de otra manera.
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