Tiene muchísimo tiempo que no subo nada aquí. En caso de que lleguen aquí, les sugiero ver mi trabajo en estos lugares que sí están vigentes:
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Este blog funciona como una bitácora de mi trabajo. Aquí se concentran ideas, procesos, intestinos, referencias, dudas, peces, decisiones, cristales, dibujos y demás.
18 mayo 2016
22 enero 2015
Arte para Ilústram'esta 2015
Hice este arte para mis amigos de Ilústram'esta :)
Ilústrame'esta es un encuentro de ilustración en el que se busca unir a una generación de artistas, diseñadores e ilustradores y creativos en general para crear arte gráfico que reflexione sobre problemáticas actuales en nuestra sociedad. Se compone por un concurso de diseño de playeras y un evento de premiación en el que también hay conferencias de ilustradores. El año pasado me invitaron como jurado, ponente en una conferencia e hice un póster de Mayahuel para regalar el día del evento.
Participen en el concurso y sean parte de esta iniciativa. Los temas de este año son: #PiensaVerde #ActualizaMexico y #ProponYProtesta.
22 septiembre 2014
Chiróptera
Me invitaron a intervenir un traje de Batman para la exposición "Batman a través de la creatividad mexicana", que organizaron en conjunto el MUMEDI y Warner. La muestra es para conmemorar el 75 aniversario del superhéroe y hay 33 propuestas de artistas y diseñadores mexicanos. Pueden verla hasta el 8 de octubre.
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Trabajar con la figura de Batman fue muy divertido y representó un reto muy grande. Es una figura muy cargada culturalmente... todos conocen a Batman. A distintos niveles, a todos nos ha tocado ver a Batman en alguna -o varias- de sus formas: en cómics, en caricaturas, en series de tv, en alguna de las películas o simplemente como personaje de la cultura popular. Es algo intimidante trabajar sobre una figura que pesa tanto culturalmente y que ya significa de entrada algo particular para cada persona que la ve. Sin embargo, fue emocionante tener la oportunidad de mostrar qué representa para mí.
Mi primer acercamiento a Batman fue a través de la películas de Tim Burton, porque me tocó crecer con ellas. Y recuerdo que lo que más me impactaba (y fascinaba) era el hecho de que el superhéroe fuera un hombre-murciélago. (Y pienso que muy probablemente este interés tiene que ver con el tratamiento estético que ese Batman de Burton tenía en las películas, porque resaltaba lo sombrío del personaje, su lado murciélago por encima del humano). Un héroe basado en un murciélago, que es un animal que casi nadie nombraría su favorito y que seguro es la fobia de muchos, que medio asusta, que sale de noche y que vive en cuevas, no puede más que ser fascinante. El traje de Batman que pinté para la exposición “Batman a través de la creatividad mexicana” está basado en esa fascinación que me hacía sentir saber que el superhéroe que más me gustaba (mi favorito desde entonces) era un murciélago.
Para mi pieza, Chiróptera, quise explorar al hombre murciélago desde un lado naturalista/biológico, quise tipificar a Batman como un espécimen más dentro de la línea taxonómica de los murciélagos o chirópteros. El proceso de elaboración por un lado siguió un poco una línea de investigación científica, apoyada por enciclopedias de animales, y por otro lado fue parte de un juego personal, en el que armé mi propio imaginario blanco y negro, con un lenguaje gráfico más cercano al cómic. Quise plasmar distintas especies de murciélagos que encontré y me parecieron visualmente fascinantes, para crear algo como una “enciclopedia chiróptera" sobre Batman, en la que él mismo está incluido.
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20 agosto 2014
Nina
Me hace pensar en algo que no soy yo, y a la vez no me deja olvidarme, porque cada vez que le muevo su camita a donde da el sol, le pongo comida, la saco a pasear, la subo a mi cama, le pongo abrigo, le quito el abrigo, le sirvo agua o le guardo pedacitos de manzana, tengo que salirme de esa nada tan espesa que a veces me absorbe y medio me hace olvidarme.
Muchas veces estoy dormida, envuelta en nada, con frío y con fiebre, con los brazos torcidos y un dolor de cabeza medio olvidado en sueños que tienen más personajes de lo normal: gente que ya había olvidado, gente en la que no pienso mucho, gente que no existe, gente que no es quien debería ser y gente que no es gente. Siento mucho por esas personas, me apasiono con ellas para bien y para mal. Y en situaciones completamente absurdas siento y vivo un montón de cosas fuertes. Me enamoro muy seguido, escapo de un derrumbe en un terremoto, aprendo a salvar a alguien pegándole en el pecho, lloro a los que se mueren, me congelo frente a una ola gigante también congelada, me peleo con todo mundo, el espejo me cambia por otra (y hasta por otro), se me traban las rodillas, encuentro fantasmas en los baños públicos y se me caen los dientes.
La mayoría son pesadillas, o algo que así se siente mientras lo sueño. Pero nunca quiero despertar, y cuando empiezo a entender que estoy soñando y que me esperan tantas cosas que hacer que no son nada, me regreso al sueño, como diciéndome a mi misma que todavía no acaba la historia. Cada diez minutos se renueva el sueño. El snooze es para la vigilia. Espera, espera poquito, realidad. Retrásate lo más que puedas, ¿qué ganas con tenerme contigo?, avanza lento y confunde tu paso con el de un anciano. Haz que se caiga para que sea más lento. Yo lo ayudo, llego a él y le digo que es mejor el piso, que se concentre en agarrarle gusto. Si no lo entiende solo, yo puedo presionarlo contra el asfalto para que se derrita poquito. Puedo hacerlo una babosa, puedo meterlo completo a un vaso y sorberlo fuerte fuerte fuerte, incluso por la nariz y con popote. Si vomito no va a oler feo y si huele feo no va a ser en tu mundo, ¿qué más te da, realidad? Aún así tienes que sonar de nuevo, despliegas un letrero de misión o no sé qué, lo leo y mi misión es desactivarte sin salir del sueño, lo logro no sé ni cómo y hay veces que me aplauden por eso. Tú sigues insistiendo y yo puedo seguirte rechazando por varias horas más, con o sin ejército de enanos.
Con los brazos torcidos y presionándome el pecho, la espalda chueca, la mandíbula apretada y el cuerpo, todo, pesado como esa nada que lo envuelve, no puedo despertar. No encuentro en ese limbo entre soñar y no soñar alguna razón para sólo no soñar. Y mientras me hundo en otro sinsentido, escucho las patitas de Nina que viene hacia la cama, luego sus garritas rascando la base de la cama, me imagino sus ojitos negros que ya no brillan tanto, la orejas como antenas, la colita tratando de volar. Y despierto, la subo a la cama y se estira sobre mí. ¿Por qué está tan contenta? ¿Por qué no se pregunta nada? ¿Por qué no le da miedo saber que ella es ella misma? ¿Y por qué me quiere tanto? No hay razón para nada de eso, su vida, lo que siente y lo que me hace sentir son tan absurdos como los sueños, así de grandes y así de chicos. Y esa mini existencia enojona, latosa, que ronca y que tiene mal aliento me hace tan feliz que la prefiero que cualquier historia que me cuente dormida. La rasco mientras se estira sobre mi panza, le digo que la quiero y sé que vale la pena despertar y seguir viendo cómo se hace viejita.
Muchas veces estoy dormida, envuelta en nada, con frío y con fiebre, con los brazos torcidos y un dolor de cabeza medio olvidado en sueños que tienen más personajes de lo normal: gente que ya había olvidado, gente en la que no pienso mucho, gente que no existe, gente que no es quien debería ser y gente que no es gente. Siento mucho por esas personas, me apasiono con ellas para bien y para mal. Y en situaciones completamente absurdas siento y vivo un montón de cosas fuertes. Me enamoro muy seguido, escapo de un derrumbe en un terremoto, aprendo a salvar a alguien pegándole en el pecho, lloro a los que se mueren, me congelo frente a una ola gigante también congelada, me peleo con todo mundo, el espejo me cambia por otra (y hasta por otro), se me traban las rodillas, encuentro fantasmas en los baños públicos y se me caen los dientes.
La mayoría son pesadillas, o algo que así se siente mientras lo sueño. Pero nunca quiero despertar, y cuando empiezo a entender que estoy soñando y que me esperan tantas cosas que hacer que no son nada, me regreso al sueño, como diciéndome a mi misma que todavía no acaba la historia. Cada diez minutos se renueva el sueño. El snooze es para la vigilia. Espera, espera poquito, realidad. Retrásate lo más que puedas, ¿qué ganas con tenerme contigo?, avanza lento y confunde tu paso con el de un anciano. Haz que se caiga para que sea más lento. Yo lo ayudo, llego a él y le digo que es mejor el piso, que se concentre en agarrarle gusto. Si no lo entiende solo, yo puedo presionarlo contra el asfalto para que se derrita poquito. Puedo hacerlo una babosa, puedo meterlo completo a un vaso y sorberlo fuerte fuerte fuerte, incluso por la nariz y con popote. Si vomito no va a oler feo y si huele feo no va a ser en tu mundo, ¿qué más te da, realidad? Aún así tienes que sonar de nuevo, despliegas un letrero de misión o no sé qué, lo leo y mi misión es desactivarte sin salir del sueño, lo logro no sé ni cómo y hay veces que me aplauden por eso. Tú sigues insistiendo y yo puedo seguirte rechazando por varias horas más, con o sin ejército de enanos.
Con los brazos torcidos y presionándome el pecho, la espalda chueca, la mandíbula apretada y el cuerpo, todo, pesado como esa nada que lo envuelve, no puedo despertar. No encuentro en ese limbo entre soñar y no soñar alguna razón para sólo no soñar. Y mientras me hundo en otro sinsentido, escucho las patitas de Nina que viene hacia la cama, luego sus garritas rascando la base de la cama, me imagino sus ojitos negros que ya no brillan tanto, la orejas como antenas, la colita tratando de volar. Y despierto, la subo a la cama y se estira sobre mí. ¿Por qué está tan contenta? ¿Por qué no se pregunta nada? ¿Por qué no le da miedo saber que ella es ella misma? ¿Y por qué me quiere tanto? No hay razón para nada de eso, su vida, lo que siente y lo que me hace sentir son tan absurdos como los sueños, así de grandes y así de chicos. Y esa mini existencia enojona, latosa, que ronca y que tiene mal aliento me hace tan feliz que la prefiero que cualquier historia que me cuente dormida. La rasco mientras se estira sobre mi panza, le digo que la quiero y sé que vale la pena despertar y seguir viendo cómo se hace viejita.
27 marzo 2014
Mayahuel
Hice este dibujo de Mayahuel, la diosa mexica del maguey. Me invitaron a ser parte del jurado del concurso Ilústram'esta y como parte de mi participación hice esta propuesta para regalar en forma de pósters en el evento de premiación el 12 de abril, en el que también voy a dar una conferencia.
Mañana, viernes 28, es el último día para mandar propuestas. ¡Apúrense!
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